¿Te has preguntado si los derechos de autor son heredables? Por ejemplo, si escribiste un libro, ¿podrán tus descendientes heredar los derechos relacionados con tu obra, o estos derechos se extinguirán contigo?
En términos generales, la Ley Federal del Derecho de Autor:
Define al derecho de autor como el reconocimiento que hace el Estado en favor de todo creador de obras literarias o artísticas, otorgando su protección para que el autor goce de prerrogativas y privilegios exclusivos.
En efecto, estos derechos se clasifican en dos, conocidos como morales y patrimoniales. Los primeros se consideran unidos al autor, persona que materializó la obra, y son inalienables, imprescriptibles, irrenunciables e inembargables. Por otro lado, los segundos, también conocidos como derechos económicos, se traducen como el derecho de explotar de manera exclusiva las obras o de autorizar a otros su explotación.
¿Los derechos de autor son heredables tras el fallecimiento del creador?
La realidad es que la respuesta varía dependiendo del tipo de derechos que se trate, es decir, si son derechos morales o patrimoniales.
Hablando de los derechos morales, su titularidad no es heredable, debido a que el autor (creador de la obra) es el único titular de las obras de su creación y siempre tendrá el derecho que su nombre figure con ese carácter, por tanto, es imposible que el nombre de un tercero que no participó en la creación de la obra, tenga un reconocimiento al respecto.
Pero, ¿Qué sucede con dichos derechos cuando el autor fallece? Primero, en el caso de los derechos morales, dada su naturaleza, son intransferibles y siempre se considerarán unidos al autor, sin embargo, las facultades o prerrogativas que estos otorgan, sí pueden ser ejercidos por los herederos, pero de manera limitada. Así, la ley permite a los herederos lo siguiente:
- Determinar si la obra puede ser divulgada y en qué forma, o por el contrario, decidir que se mantenga inédita, es decir, que no sea publicada.
- Exigir el reconocimiento del autor respecto de la obra o decidir que esta sea divulgada como obra anónima o utilizando algún seudónimo.
- Exigir el respeto a la obra, oponiéndose a cualquier deformación o modificación que pueda ser realizada, o a cualquier acción que le cause daño a la reputación del autor.
- Oponerse a que le sea atribuido al autor una obra que no es de su autoría.
Derechos patrimoniales y herencia: facultades y límites de los herederos
No obstante, existen dos facultades que única y exclusivamente pertenecen al autor de la obra, quedando fuera del alcance de los herederos, siendo las siguientes:
- La facultad para modificar la obra y;
- Retirar la obra del comercio en caso de que el autor originario ya lo hubiere autorizado. Asimismo, en el caso en que fallezca el autor de la obra y no se haya designado a algún heredero o bien, de acuerdo a la legislación civil, no hubiere un heredero legítimo, el ejercicio de estos derechos pasarán al poder del Estado y sin limitación alguna.
Ahora bien. ¿Qué sucede con los derechos patrimoniales? Contrario a lo que sucede con los derechos morales, los derechos económicos son heredables todos y cada uno de ellos, de manera que, los herederos pueden continuar obteniendo los beneficios económicos derivados de la reproducción, distribución, o comunicación de una obra, aún después de la vida del autor.
No obstante, la Ley sí hace una distinción entre los tipos de titularidad, estableciendo que el autor de la obra es el único titular originario del derecho patrimonial y en todo caso, los herederos adquieren lo que se denomina, una titularidad derivada, sin embargo, esto es meramente una formalidad, ya que, una vez que el autor muere, el titular derivado tiene las mismas facultades que tendría el autor primigenio respecto de esta clase de derechos.
En ese sentido, el o los herederos titular(es) de los derechos económicos podrá autorizar o prohibir lo siguiente:
- La reproducción, publicación, edición o fijación material de un obra en copias o ejemplares efectuada en cualquier medio.
- La comunicación pública de la obra.
- La transmisión pública o radiodifusión de la obra.
- La distribución de la obra (incluyendo venta o cualquier otra forma de transmisión).
- Prohibir la importación al territorio nacional de copias de la obra hechas sin su autorización;
- La divulgación de obras derivadas, en cualquiera de sus modalidades, tales como la traducción, adaptación, paráfrasis, arreglos y transformaciones o cualquiera que sea el caso, atendiendo a la naturaleza de la obra.
- Y finalmente, cualquier utilización pública de la obra salvo en los casos expresamente establecidos en esta Ley.
Licencias, regalías y herencia en la propiedad intelectual
De igual manera, los titulares de los derechos derivados, podrán autorizar a terceros la explotación de las obras, mediante licencias exclusivas o no exclusivas y dentro de los límites establecidos en la Ley.
Además, los herederos gozarán del derecho a percibir regalías, las cuales se definen como el pago por la comunicación o transmisión pública de una obra por cualquier medio y que deberán ser pagadas por la persona que realice la comunicación o transmisión pública de las obras, siempre y cuando cuente con el consentimiento expreso para ello.
Es importante mencionar que los derechos patrimoniales estarán vigentes durante cien años a partir de cualquiera de los siguientes supuestos, dependiendo el caso:
- Cien años a partir de la muerte del autor y cuando la obra le pertenezca a varios coautores los cien años se contarán a partir de la muerte del último o bien;
- Cien años después de ser divulgadas.
Considerando dicha vigencia, lo más probable es que los herederos que cuenten con una titularidad derivada, podrán a su vez heredar los derechos patrimoniales pertenecientes al autor primigenio, a una nueva generación. Sin embargo, pasados los términos antes mencionados, la obra pasará al dominio público.
Ahora bien, abordando el tema desde el punto de vista civil, los derechos de autor son considerados como bienes muebles, de conformidad con el Código Civil Federal, por tanto, la transmisión de los derechos de autor es procedente mediante la sucesión, ya sea testamentaria o legítima (cuando no existe un testamento y la repartición de los bienes debe realizarse ante un juez civil o notario público, según sea el caso).
Por ello, es importante que el autor del testamento designe expresamente a los herederos de sus obras, de lo contrario, los derechos morales y patrimoniales pasarán a nombre de los herederos legítimos (descendientes, ascendientes, cónyuges o la persona que de acuerdo a la legislación civil tenga ese carácter) y en caso de no existir, quedarán en favor del Estado.
Conclusión
En definitiva, los derechos de autor no mueren al momento en que el autor fallece, sino que estos pueden ser heredados a terceros: por un lado, en el caso de los derechos morales, solamente se traspasa el ejercicio de los mismos y con sus respectivas limitantes y; por otro lado, respecto a los derechos patrimoniales, sí se transmite su titularidad sin limitaciones, lo cual, permite que los herederos gocen de las mismas facultades que tendría el autor primigenio de la obra.

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