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En ocasiones, tanto directores como colaboradores nos quebramos la cabeza buscando soluciones nunca antes vistas por el mercado, mientras ignoramos las oportunidades de mejorar, renovar o complementar el servicio que ya ofrecemos.

Ahora escuchamos por todos lados la palabra ‘emprendimiento’ y las historias casi heroicas que de él se desprenden, esas protagonizadas por personas que tenían una idea en mente, la pusieron en práctica y, finalmente, después de algunos fracasos se convirtieron en grandes empresarios que no conformes con las grandes recompensas obtenidas siguen buscando cómo innovar en sus negocios y mantener su ventaja competitiva.

Sin duda siempre es emocionante conocer estas historias de éxito, pero al mismo tiempo me resulta inevitable preguntarme qué lugar ocupa mi empresa familiar, que opera bajo una estructura tradicional desde hace décadas, en este ecosistema dinámico de negocios donde las reglas cambian constantemente. Me pregunto si mi negocio estará a la altura de los nuevos retos globales y las exigencias de los clientes; o si lo que ofrece mi empresa será capaz de retener a los colaboradores (o a los familiares incluso) y motivarlos para canalizar todas sus habilidades e ideas creativas al negocio frente a la seductora posibilidad de dejarlo todo para emprender el negocio de sus sueños. Son dudas normales que pueden aparecer en la mente de cualquier director que se mantiene al tanto de las tendencias en los negocios y está alerta para no quedarse al margen de ellas.

Para mí, la respuesta a dichas preguntas está en el intraemprendimiento, una práctica que la academia define como el tipo de emprendimiento que surge o reside dentro de las fronteras de empresas ya existentes. Personalmente, me gusta la definición del académico Manuel Alfonso Garzón Castrillón[1]  quien sostiene que el intraemprendimiento “es una invención social que permite a las personas expresar su propio potencial”, en beneficio de la empresa, agregaría yo.

“La única forma de tener buenas ideas es tener muchas ideas”.
Linus Pauling

Así pues, el intraemprendimiento consiste en echar a andar ideas innovadoras que nacen al interior de la propia empresa, producto de la curiosidad, la pasión o el buen ojo de un colaborador que encontró una nueva forma de solucionar un problema o mejorar un proceso al interior de la negocio.

En el caso de las empresas familiares, he visto cómo el intraemprendimiento resulta un excelente aliado en el proceso de sucesión y un factor clave en la construcción de una cultura organizacional basada en la innovación y la creatividad, activos fundamentales para garantizar la permanencia del negocio. Estas son algunas ventajas del intraemprendimiento y su impacto:

  • Permite explorar y desarrollar nuevos negocios sin descuidar el ‘core business’ de la empresa.
  • Funciona como una herramienta para medir el pulso del mercado, vislumbrar cambios y tendencias e integrarlos paulatinamente al producto o servicio que ofrecemos.
  • En el contexto familiar, representa una coyuntura ideal para escuchar las ideas, inquietudes o sugerencias de la siguiente generación y tomarlas realmente en cuenta en los planes de la empresa.
  • Se convierte en una fuente de aprendizaje práctico que beneficia a toda la empresa pero sobre todo a quienes ejecutan o se involucran en el proyecto.
  • Permite hacer alianzas y crear redes de contactos profesionales para fortalecer futuros proyectos.
  • Aunque no debe ser el principal objetivo, el intraemprendimiento también puede utilizarse para evaluar o poner a prueba las capacidades de aquellos elementos que muestran potencial directivo.

Pero ojo, como cualquier otro de los beneficios producto del capital humano, para tener proyectos de intraemprendimiento exitosos es importante que la empresa establezca esquemas claros que incentiven y reconozcan el esfuerzo de los intraemprendedores; las recompensas pueden variar en función del giro o cultura de la organización, algunos ejemplos son incentivos económicos (bonos, automóviles) o emocionales (horario flexible), crecimiento al interior de la empresa o bien ceder el control o parte de los derechos o ganancias del proyecto al equipo que desarrolló el proyecto. Si en lugar de esto, tus colaboradores sólo encuentran obstáculos y puertas cerradas, ten por seguro que en lugar de crecer al interior de tu empresa, esas ideas innovadoras se transformarán en emprendimientos propios que en el futuro podrían incluso ser una competencia para tu negocio.

¿Quienes son intraemprendedores?

En términos prácticos y porque para materializarse requiere de métodos basados en prueba y error, podríamos comparar al intraemprendimiento con un emprendimiento a menor escala; sin embargo, esto no quiere decir que sea más fácil llevarlo a cabo. El intraemprendimiento tiene sus propias dificultades, la principal es operar en un sistema que durante años ha funcionado bajo determinadas reglas y que no está acostumbrado a trabajar en medio de la experimentación y la incertidumbre (a diferencia de una start-up que opera en una estructura descentralizada y de respuesta rápida a los cambios). Sin duda, el mayor reto de los intraemprendedores es impulsar ideas innovadoras en estructuras tradicionales y, en el proceso, convencer a más personas de apoyarlos. Por eso, no todos los empleados logran convertirse en intraemprendedores. Para lograrlo y sortear exitosamente los obstáculos mencionados, las personas requieren determinadas características creativas y de liderazgo que detallaremos a continuación.

Los intraemprendedores son elementos de respuesta activa, con habilidad para detectar las necesidades o cambios en el mercado antes que nadie más; pueden encontrar ideas de negocio en un simple dato o en alguna necesidad propia o de quienes les rodean. A diferencia de los emprendedores tradicionales que obtienen recursos a través de inversionistas, los intraemprendedores obtienen ‘capital’ gracias a su capacidad de acceso a tecnología que además de información los conecta con una enorme comunidad de personas con intereses en común o que complementan sus proyectos.

Como sucede en casi todos los ámbitos de los negocios, las habilidades sociales juegan un papel importante. Para lograr sus objetivos el intraemprendedor necesitará contar con el apoyo de colegas que enriquezcan su proyecto con conocimiento y opiniones de calidad, por lo tanto debe tener habilidad para relacionarse con las personas, ser amable, empático y capaz de comunicar claramente las oportunidades y el impacto esperado de su idea. Los expertos destacan también la importancia de habilidades blandas como la facilidad para imaginar y la capacidad de asombro (esto le ayudará a encontrar oportunidades de innovación incluso en los procesos más mecanizados).

El intraemprendedor también debe ser paciente y aprender a tolerar la frustración, pero sobre todo necesita energía y pasión para defender, buscar nuevas aristas y replantear su proyecto en caso de que sea necesario. Es esta misma pasión y entrega lo que lo llevará a convertirse en experto en el problema que intenta solucionar. Como mencioné anteriormente, la labor del intraemprendedor puede ser desgastante, no sólo por operar en medio de estructuras complejas sino también porque para lograr el éxito,  deberá trabajar más allá de los horarios y esquemas de la oficina. La mayoría de los intraemprendedores reconocen que tuvieron que dedicar horas libres o fines de semana a su proyecto y maniobrar para no descuidar su trabajo habitual. Al final, todos creen que el esfuerzo valió la pena. 

¿Eres uno de ellos?

Si eres de los que encontró una idea que crees podría mejorar o darle ventaja a la empresa, te recomiendo que reflexiones algunos aspectos antes de mostrarte al mundo como un intraemprendedor.

  • Habrá momentos álgidos donde el deseo de innovar una idea no será suficiente. Asegúrate de que detrás de tu idea hay una verdadera motivación personal por la que estés dispuesto a tomar riesgos.
  • ¿Qué estás dispuesto a perder? En lugar de pensar en el retorno de inversión, como naturalmente se hace en el mundo de los negocios, te será útil establecer un marco de pérdida mínima en caso de que las cosas no salgan como esperabas.
  • Echa un vistazo a tu capital. Antes de lanzar su idea, los emprendedores normalmente se preguntan si tendrán el dinero, tiempo y fortaleza emocional para llevarla a cabo. Tú deberás cuestionarte si cuentas con el expertise necesario y la confianza de tus superiores y tu equipo. Si te das cuenta que aún no estás listo entonces puedes comenzar por crear una comunidad interna de apoyo, un equipo que provea conocimiento y recursos que permitan a tu idea evolucionar adecuadamente.
  • Si lees esto justo después de tu primer paso en el intraemprendimiento sólo te diré que te mantengas receptivo a los resultados y con base en ellos comiencen a trazar el camino a la siguiente meta.

Apoyar el intraemprendimiento es reconocer que cada una de las personas que forman parte de la organización tiene potencial para innovar y estar a la altura de los emprendedores que nos inspiran todos los días. Nuestra responsabilidad como cabeza de la empresa es propiciar un ambiente abierto a la innovación que apoye y ponga en práctica las buenas ideas de sus colaboradores dándoles el crédito y reconocimiento que merecen.

[1] Garzón Castrillón, Manuel Alfonso, Propuesta de modelo intraemprendedor para la innovación en organizaciones perdurables. Universidad & Empresa [en linea] 2005, 4 (Diciembre-Sin mes).
 
 

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