Una empresa familiar es un proyecto complejo, debes lidiar no sólo con los temas correspondientes a cualquier negocio, sino también con diferentes maneras de pensar y con emociones y susceptibilidades.
Para balancear todo, dejar las cosas claras y promover la armonía, necesitas un elemento sencillo: la comunicación.
Tu empresa familiar debe contar con canales de comunicación limpios, amplios y sin ruido, esenciales para la salud de tu negocio (¡y tu familia!).
La competitividad entre hermanos (o cualquier relación familiar) puede complicarse cuando entran en conflicto los intereses particulares.
10 recomendaciones para el manejo de problemas
Trata de evitarlos siguiendo estas actitudes positivas:
- Vamos siendo claros. Un negocio no está allí para complacer los antojos de todos; ten políticas de funcionamiento claras y especifica quién toma las decisiones, ¡por escrito!
- Define roles. Separa los lazos familiares de los laborales, en cada espacio las cosas funcionan diferente y si tu hermano es tu empleado, tu relación con él debe tener esas dos dimensiones muy bien demarcadas. No olvides separar los conceptos “empleado”, “accionista” y “familiar” y tratar a cada uno de acuerdo a su papel.
- Evita decir o hacer algo que pueda herir a tu familia, recuerda que todo lo que hagas te será devuelto.
- Ponte en sus zapatos. Cada discusión tiene al menos tres puntos de vista: el tuyo, el del otro y el de un tercero. Sé objetivo y trata de mirar todo desde más de un ángulo.
- Cuenta hasta diez. Tu relación familiar es más importante que ganar una discusión, espera a calmarte antes de hablar.
- ¿Constructiva? Toda crítica tiene consecuencias, si sólo buscas desahogarte, ¡no lo hagas!
- Ser positivos. Busca el lado bueno a cada situación, convierte los problemas en oportunidades y siempre busca preservar la unión familiar antes que el beneficio personal.
- Pregunta ¡y escucha! Pide opiniones y analiza las respuestas que obtengas, no sólo escuches para contestar sino para entender.
- Cómo lechuga. Controla tus emociones y no te arrepentirás de una acción cometida en un momento de furia; si eres tolerante, tus familiares también lo serán contigo.
- Y la regla de oro. Siempre trata a los demás como quieras ser tratado.
Recuerda, más vale prevenir que lamentar; no hay métodos infalibles y cada familia es un mundo aparte, pero si sigues estos pasos tendrás mejores oportunidades de mantener una comunicación abierta y evitarás muchos conflictos.
Escucha a tus familiares, toma sus opiniones en cuenta y propicia el mejor ambiente de trabajo. Así que ¡a platicar!
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Cuento con 33 años de experiencia en las áreas de Contabilidad, Auditoría e Impuestos en la firma Salles, Sainz – Grant Thornton, 12 años de experiencia en la institucionalización y gobierno corporativo de empresas familiares y en apoyar a las familias en la elaboración de protocolos familiares.