
El ciclo del contribuyente es la ubicación, dentro de un proceso versátil, de las grandes etapas o fases en las que se puntualiza una obligación tributaria, a la cual debe responder la autoridad con un servicio específico para su correcto cumplimiento.
Este ciclo ha evolucionado de acuerdo con las propias necesidades que la ciudadanía impone a la administración tributaria, pero mantiene su esencia en lo que respecta al cumplimiento de obligaciones sustantivas. Actualmente, el ciclo del contribuyente se compone de la siguiente manera:
- a) Educación tributaria a contribuyentes potenciales, para promover el cumplimiento voluntario, antes incluso de la inscripción en el RFC.
- b) Inscripción en el RFC.
- c) Emisión y recepción de comprobantes fiscales.
- d) Elaboración y registro de su contabilidad; en este punto la administración tributaria ha dispuesto herramientas electrónicas que auxilian al contribuyente en esta obligación.
- e) Presentación de sus declaraciones y el pago de sus impuestos.
- f) El Buzón Tributario, que constituye el mecanismo electrónico que agiliza la interacción del contribuyente en cada una de las etapas del ciclo.
- g) La revisión de auditorías electrónicas.
Cada etapa del ciclo tributario tiene su peculiaridad y su importancia, detalles que examinaremos a lo largo de este documento; en especial, lo referente a la emisión de facturas electrónicas, por ser un proceso que afecta al resto de las etapas y procesos del ciclo.
En el campo normativo, la administración tributaria no sólo elabora la propuesta de cambios al marco legal, pues posee el conocimiento directo de las necesidades del contribuyente y conoce los puntos endebles de la aplicación de la norma que dan pie a la elusión fiscal, sino también
es la proveedora de información e indicadores para el diseño de la política tributaria.
Esto le permite anticiparse a los cambios y transformaciones de la institución y supone contar con los datos necesarios para diseñar servicios con un concepto integral, cuyo propósito es reaccionar asertivamente en los siguientes procesos:
- Facilitar el cumplimiento de la nueva norma.
- Interiorizar la nueva obligación y su cumplimiento como una responsabilidad ciudadana en el contribuyente.
- Proveer la infraestructura tecnológica necesaria para su cumplimiento.
Este último punto es indispensable porque la introducción de una nueva obligación debe estar acompañada de un servicio electrónico planeado previamente, a efecto de salvaguardar el principio de modernidad que prevalece en el SAT. La premisa, ante todo, es innovar para facilitar el cumplimiento voluntario de las obligaciones tributarias en un ambiente en el que el contribuyente perciba en su gestión, seguridad y certeza de que será atendido en un marco de legalidad y eficiencia administrativa.
La mejora continua
Las iniciativas del SAT, instauradas en sus inicios, se están consolidando. Durante el ejercicio fiscal 2014 se realizaron mejoras a los servicios existentes y se diseñaron otros asociados al ciclo tributario, como el Buzón Tributario, la contabilidad electrónica, la revisión y auditorías electrónicas; se hicieron mejoras en los comprobantes fiscales emitidos en archivos electrónicos, enviados al SAT por internet.
Cabe mencionar que la aceptación e integración del uso de las tecnologías de la información y de la comunicación con la ciudadanía no ha sido fácil; se ha dado de manera gradual, pues a la vez que se hace necesaria una cultura tributaria del cumplimiento responsable de las obligaciones
fiscales, se requiere una cultura que desmitifique las percepciones acerca del uso de las tecnologías; fomentar su uso constante ayudará a que el contribuyente confirme sus ventajas y se familiarice con las aplicaciones tecnológicas.
El SAT de México se ha caracterizado por la pretensión continua de modernidad; para el resto de las dependencias públicas es un modelo, tanto por los servicios electrónicos que ha implantado como por la calidad que tienen.
Con el enfoque de servicio al ciudadano, en la administración tributaria se promueve el cumplimiento de las obligaciones fiscales internas y las de comercio exterior y se armonizan las políticas tributarias con los niveles de servicio; en este sentido, se establecieron las directrices que orientan el quehacer tributario a partir de 2014, las cuales giran en torno de facilitar el cumplimiento tributario conforme lo siguiente:
- Establecer condiciones para la integración a la formalidad.
- Disminuir costos tributarios indirectos.
- Reconocer la diferencia en el perfil de los contribuyentes.
- Fortalecer el ejercicio de los derechos de los contribuyentes.
- Mejorar la equidad del sistema tributario.
- Fomentar una mayor progresividad en el pago de impuestos.
- Establecer un régimen fiscal moderno y eficiente.
Las acciones complementarias al cumplimiento, o acciones transversales, como los programas de cultura contributiva y difusión, están diseñadas para que el contribuyente perciba que cumplir es fácil, conviene autocorregirse e incumplir tiene consecuencias. Así, los procesos se centran en poner a disposición del contribuyente los medios necesarios para que pueda cumplir, generar las oportunidades de corrección y fortalecer la capacidad para descubrir conductas u omisiones de cumplimiento.
Lograr estos fines requiere de servicios soportados en el desarrollo oportuno de herramientas tecnológicas eficaces.
Fuente: Fragmento libro El ADN Digital del SAT

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