Uno de los principales motivos por el que los mexicanos hoy pedimos prestado es para la adquisición de una vivienda. La razón: es difícil contar con la liquidez suficiente para comprar una casa de contado y no hay quien no desee dejar algún día de rentar o vivir con la suegra para tener una vivienda propia. En el mercado existen muchas alternativas de financiamiento, cada una con distintos productos y esquemas de crédito: Infonavit, Fovissste, Bancos, Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes), Sociedades Financieras Populares (Sofipos) y Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo (SCAPs). Entre tantas opciones,
¿cómo identificar el crédito que responde mejor a tus necesidades? No se trata sólo de elegir la tasa de interés y la mensualidad más bajas: un crédito hipotecario barato es el resultado de la combinación de muchos elementos: el tipo de moneda, la tasa de interés, el plazo, la amortización, el monto a financiar, el enganche… Cada uno de estos elementos afecta de forma distinta al crédito. Conocer cómo lo hacen puede ser la diferencia entre adquirir una deuda pesada para tu bolsillo o incrementar tu patrimonio.
En este renglón puedes encontrar financiamientos de tres tipos:
- 1) en pesos,
- 2) en veces salario mínimo (VSM) y
- 3) en unidades de inversión (UDIs).